¿Por qué somos diosas?
Mirando en la mitología griega, nos dimos cuenta de que había una Diosa que se encargaba de proporcionar la Juventud Eterna a los otros Dioses y Diosas del Olimpo. Se llamaba Hebe
Mirando en la mitología griega, nos dimos cuenta de que había una Diosa que se encargaba de proporcionar la Juventud Eterna a los otros Dioses y Diosas del Olimpo. Se llamaba Hebe
¿Qué pasaría si no nos juzgáramos a nosotras mismas? ¿Si aceptáramos la vida tal y como fluye, y confiáramos en el proceso? ¿Seríamos más felices? ¿Más sanas? ¿Más vivas?
Cuando tenía 35 años más o menos, una amiga me expuso una idea. Había notado que poco después de cumplir 40 años los hombres habían dejado de mirarla y que la gente en general ya no le prestaba mucha atención. En aquel momento, pensé que era una generalización salvaje y que no me pasaría o que no me llegaría a pasar.
He visto a muchas personas en mi consulta que vienen diciendo que dejaron de caminar, de hacer senderismo, de hacer clases de fitness o incluso de montar en bicicleta debido a un dolor de rodilla no producido por ninguna lesión. Muchas lo atribuyeron al envejecimiento y a la vejez, pensando que eso es lo que pasa y que necesitan encontrar una nueva actividad. Bueno, ¡que sepas que no siempre es así!
A ninguna de nosotras nos gusta que nos digan que parecemos más viejas de lo que somos. Sí, podemos ponernos rellenos y Botox para reducir las pequeñas arrugas y mejorar los cuellos caídos pero donde realmente deberíamos empezar a mirar es en nuestras dietas.