A medida que envejecemos tenemos la sensación de que nos quitan algo, de que perdemos algo que antes teníamos. En una palabra, eso podría ser la «juventud». Y con la juventud viene la vitalidad, la fuerza, la belleza.
¿Cómo respiras?
Que nos digan que no sabemos respirar bien… ¡Por favor, si llevamos haciéndolo desde que nos trajeron al mundo! Es algo que no tiene mucho estudio, no? Pues sí que lo tiene.
Yin yoga es un ejercicio lento y profundo que se conoce como la práctica tranquila o la práctica fría. Una práctica tranquila porque es una práctica que te da la oportunidad de calmar la mente, y una práctica fría porque es un estilo de yoga que penetra en los tejidos más profundos y fríos. Los sistemas a los que afecta esta práctica son los chakras, los meridianos y las articulaciones y tejidos conectivos.
En la India, los grandes gurús de yoga calculan la edad de una persona en función de su flexibilidad. «La edad se mide por la flexibilidad de la columna vertebral, por lo tanto, para mantenerse joven, tenemos que permanecer flexible» – Yogi Bhajan -.
Con el ritmo acelerado de nuestro día a día y todos los estímulos externos que recibimos es posible que olvidemos nuestra unión con lo que realmente somos, con nuestra naturaleza cíclica. Y más en la época que ya no está marcada por el ciclo menstrual.