¡Imagínate esto, porque todas hemos estado allí! Caminando por la calle en una hermosa tarde normal y de repente te tropiezas con algo; todo el infierno se desata, y terminas corriendo de tres a cinco pasos hacia adelante. Reúnes tu postura y miras hacia atrás para comprobar lo que pasó, y luego reanudas tu caminata como si nada hubiera pasado, tal vez un poco más atenta (¡o no!) a la calle. Esa fue una muestra de resiliencia física, y todas queremos eso, pero hoy hablamos de resiliencia mental y emocional.
En todas las etapas de la vida la autoestima juega un papel muy importante.
Más allá de “tecnicismos”, podemos decir que la autoestima es confiar y creer en mí, y en mis potencialidades. Respetarme, sentirme y saberme digna y merecedora de felicidad.
La década de los 50 puede ser una etapa maravillosa para toda mujer cuando la asumimos con una actitud positiva y nos enfocamos en lo bueno que viene con la edad. La verdad es que somos más sabias y experimentadas, hemos alcanzado muchas cosas en la vida a nivel personal y profesional, nos sentimos más cómodas y seguras con nosotras mismas, además muchas sabemos lo que queremos.
A medida que avanzamos a lo largo de los 40 años y más, podemos esperar muchos cambios físicos, emocionales y mentales. También hay algunos ajustes en lo que respecta al dormitorio, y no me refiero al deseo sexual … aunque eso también es un problema. No, quiero hablar de atrofia vaginal.
Ganar músculo ayuda en gran medida a construir un cuerpo más saludable. Sin embargo, el entrenamiento de fuerza no solo es propicio para los aspectos físicos de la salud.
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